Hambre sabia, conciencia viva.
Hace algunos años, aparecía en la televisión un anuncio que decía: “Tú sabes cuándo y tú sabes cuánto”. Este anuncio mostraba la alegría que procede a unas cuantas copas de brandy entre amigos. El “tú sabes cuándo y cuánto” era otra forma elegante de decir “todo con medida”, que parece lavar las conciencias de quienes ganan millones de pesos con su Majestad el Alcohol. Y esa simple frase de saber cuándo y cuánto ha traído algunos problemas a quienes nos dedicamos al tema de las adicciones. Nacemos con la capacidad de saber cuándo y cuánto. — Fernández Espinosa.1
Nacemos con la capacidad de saber cuándo y cuánto. De bebés es imposible comer de más o de menos cuando hay suficiente; tampoco se deja pasar cualquier molestia, pues inmediatamente damos el signo de alarma.
Hace algunos años, aparecía en la televisión un anuncio que decía: “Tú sabes cuándo y tú sabes cuánto”. Este anuncio mostraba la alegría que procede a unas cuantas copas de brandy entre amigos. El “tú sabes cuándo y cuánto” era otra forma elegante de decir “todo con medida”, que parece lavar las conciencias de quienes ganan millones de pesos con su Majestad el Alcohol. Y esa simple frase de saber cuándo y cuánto ha traído algunos problemas a quienes nos dedicamos al tema de las adicciones. Nacemos con la capacidad de saber cuándo y cuánto. — Fernández Espinosa.
Nacemos con la capacidad de saber cuándo y cuánto. De bebés es imposible comer de más o de menos cuando hay suficiente; tampoco se deja pasar cualquier molestia, pues inmediatamente damos el signo de alarma.
- Fernández Espinosa (2002). ↩︎